Corredor Estasen - Pirineos

[AVISO]: Este es un viejo relato que recupero de mi antigua web para el blog

Escalada del Corredor Estasen (PD - 300m - 45º) al Aneto (3.404 m) (Huesca)

Domingo 25 de abril de 2004

Temprano partimos de Valencia con la intención de llegar ese mismo día al refugio de Pescadores en el valle de Ballibierna. Hicimos la ruta habitual en coche para ir a Benasque minimizando el uso de autopista, a saber, Valencia-Ulldecona por la AP-7, Ulldecona-Tortosa-Flix-Lleida y luego Benabarre-Graus-Benasque, unos 500Km y entre 5 y 6 horitas de viaje.
Una vez en Benasque pasamos como una exhalación en dirección a Senarta dónde remontamos la pista forestal que discurre por el valle de Ballibierna. Por suerte la barrera estaba levantada y pudimos pasar aunque con dificultades debido al gran número de rocas desprendidas que jalonaban la carretera. Finalmente a unos 1.700m de altitud hubimos de dejar el coche aparcado frente a un nevero que bloqueaba completamente la carretera.

imagen01.jpg
Foto del nevero bloqueando la pista forestal

Allí mismo preparamos la mochila con los bártulos necesarios para pasar 4 días por allí arriba: Tienda para dos, hornillo, cartuchos de gas, útiles de cocina, comida, saco de dormir y la esterilla. De material llevábamos 2 piolets cada uno, los crampones, una cuerda de 9mm, clavos y tornillos de hielo, cintas express, cordinos y mosquetones. En resumidas cuentas, nos echamos a los lomos unas mochilas la mar de majas. En el momento de cerrar el coche caímos en la cuenta de que no habíamos avisado con el móvil a casa que habíamos llegado sin novedad y ya no había cobertura para hacerlo. Subimos un móvil con la intención de aprovechar la cobertura que hay en la cima del Aneto.

imagen02.jpg
Foto de la pista de Ballibierna, al fondo los Picos de Ballibierna completamente nevados

Con ayuda de los bastones ascendimos por la pista de Ballibierna en dirección al Refugio de Pescadores que se encuentra a 1.970m sobre el nivel del mar. En una horita y cuarto llegamos al refugio y tras instalarnos aprovechamos las últimas luces del día para cocinar. Estábamos completamente solos lo que era en cierto modo de agradecer ya que la gente siempre es muy dada a encender siempre la chimenea con la consiguiente humareda dentro del refugio.

imagen03.jpg
Foto del exterior del refugio de Pescadores

imagen04.jpg
Foto compuesta del interior del refugio de Pescadores

La cena consistió en unos espaguetis con la pasta ya cocinada, un sandwich y algo de fruta. A la luz de las velas fuimos serenando esa inquietud del primer día y la animada charla sobre la planificación de lo que nos esperaría en las jornadas sucesivas, finalmente el sueño nos atrapó y nos condujo hasta el día siguiente.

Lunes 26 de abril de 2004

Nos levantamos poco antes del amanecer y preparamos el desayuno, un vaso de leche caliente a partir de leche condensada, habrá que probar algún día la leche en polvo para ahorrar aún más peso, junto a un par de barritas de cereales.
De nuevo nos echamos la mochila a la espalda y comenzamos la subida a los ibones de Coronas, donde pensábamos montar el campamento que nos sirviese de punto de partida de las dos ascensiones planeadas. A partir del refugio de Pescadores la nieve era una constante, pero dado que era temprano se mantenía firme y hacía innecesario el uso de raquetas.

imagen05.jpg
Foto del trozo de pista tras pasar el Refugio de Pescadores, o sea el GR-11

imagen06.jpg
Foto del cruce dónde se abandona el GR-11 para girar al Norte, en dirección a Coronas

Poco a poco íbamos ganando altura, primero entre los pinos, luego pasando por el Ibonet de Coronas y remontando así hasta los Ibones de Coronas. No dejábamos de admirarnos de cómo cambia el paisaje, ambos teníamos la imagen de verano de la zona, ahora con todo nevado era completamente diferente, qué recuerdos de mi última visita en septiembre del año pasado para intentar la cresta de Llosás, ahora esas agujas parecían aun más inaccesibles.

imagen07.jpg
Foto de Jose ascendiendo por el Valle de Coronas

imagen08.jpg
Este soy yo durante la misma subida por el Valle de Coronas

De repente, ensimismados con nuestros pensamientos como estábamos, apareció ante nosotros el circo de cumbres de más de tresmil metros del Valle de Coronas. Mirando al Norte teníamos a nuestra izquierda la cresta de Cregüeña con sus agujas, enfrente la cresta de Coronas acabando en el punto culminante del Pirineo, el Aneto (3.404m), a la derecha estaba la cresta de Llosás, afilada como siempre.

imagen09.jpg
Foto panorámica del circo del Valle de Coronas, según se describe en el párrafo anterior

Así llegamos tras 3 horas y media al Ibón Grande de Coronas, a 2.750 m de altitud, lugar dónde montaríamos nuestra tienda para pasar las noches que nos aguardaban.

imagen10.jpg
Foto de Jose, en el centro, subiendo los últimos metros antes de llegar al Ibón de Coronas

Lo primero que hicimos al llegar fue localizar un sitio para situar la tienda. El hueco que dejaba una gran piedra triangular nos pareció un buen lugar. Con las palas de los piolets ampliamos un poco el sitio y aplanamos el terreno, allí estaríamos bien protegidos del viento parapetados por la roca y la nieve.

imagen11.jpg
Foto compuesta de la ubicación de la tienda de campaña en los Ibones de Coronas

Allí pasamos el resto de día, matando el tiempo paseando, durmiendo y comiendo. Al principio estuvimos fundiendo nieve para tener agua pero luego descubrimos un agujero practicado en el Ibón de Coronas que permitía extraer agua líquida a costa de sumergir la mano en agua helada con hielo. El sol era de justicia y habíamos dejado el par de botes de crema solar en el coche, olvidadas en una bolsa, así que gran parte del tiempo la pasamos en el interior de la tienda para evitar el calor. Al estar sobre nieve la temperatura era agradable, sin excesivo calor por la radiación solar.

imagen12.jpg
Foto compuesta con el agujero en el Ibón de Coronas que permitía extraer agua líquida

Cerca de las siete de la tarde decidimos cenar algo para irnos pronto a domir, el objetivo para el día siguiente era madrugar a las 4 de la mañana para realizar el corredor Estasen al Aneto, aprovechando que la nieve estaría dura ya que por el día, con el calor, se volvía blanda llegando a hundirte hasta las rodillas. Sin ni una nube en el horizonte, a las 8 de la tarde, estábamos tratando de dormir ilusionados con la actividad que desarrollaríamos mañana.

Martes 27 de abril de 2004

Las 4 de la mañana, suena el despertador y nos levantamos inmediatamente. Con las linternas frontales preparamos el desayuno, leche caliente con nesquick y barritas de cereales. Nos ayuda a entrar en calor ya que la noche, al estar completamente despejado, ha sido fría. La temperatura dentro de la tienda es de 4ºC bajo cero y ésta se encuentra completamente cubierta de escarcha; gracias a que guardé una botella de agua en interior del saco de dormir, evitando que congelara, pudimos tener líquido para el desayuno.
Con el confort del desayuno caliente comenzamos a vestirnos y a preparar la mochila de ataque, aunque no era necesario para la vía que íbamos a hacer nosotros cargamos con una cuerda, tornillos de hielo y algunos clavos. Una vez con todo listo salimos fuera, la temperatura debía ser de unos 5ºC bajo cero.
En el exterior la visión del cielo nos dejó maravillados, estaba completamente estrellado, se veían los astros celestes con increíble nitidez, incluso el reguero lechoso de la Vía Láctea. Era sobrecogedor. La visión de un par estrellas fugaces puso el broche final a esos momentos inolvidables en que uno se siente incluso que está en otro planeta orbitando alguna extraña estrella en cualquier recóndita galaxia (hay que ver lo malo que es vivir en la ciudad alejado de estas vistas del cielo que nos empequeñecen y restan importancia al resto de problemas cotidianos de la vida en sociedad ante la inmensidad del Universo)
Con estas indescriptibles sensaciones comenzamos a ascender ayudados por nuestros frontales. La primera parada la hicimos para reponer agua líquida en el mencionado agujero del Ibón de Coronas, sumergir la mano allí fue una cosa muy simpática, con varios grados bajo cero.
Mirando al Sur había una parte del cielo estrellado completamente negra. Eran nubes, parece que el tiempo dejaba de ser tan estable como en los días anteriores. Progresando en dirección al Collado de Coronas comenzó el crepúsculo que aportaba poco a poco luminosidad al día hasta que luciera el sol. De repente la niebla del valle comenzó a subir limitando la visibilidad pero cuando estaba encima nuestra se inició la brisa del valle que baja desde las cumbres, despejando el ambiente completamente para nuestro regocijo.

imagen13.jpg
Foto del crepúsculo matutino al Sur del Aneto, subiendo al Collado de Coronas

Antes de llegar al collado de Coronas nos desviamos a la derecha en dirección al corredor Estasen, éste parte a 3.100 metros de altitud y resulta evidente de identificar una vez en la base, se trata de la canal de nieve más grande que sube por la cara Oeste del Aneto. Allí fuimos zigzagueando por el corredor sin necesidad de usar puntas frontales ni piolet tracción salvo en un par de tramos en que se empinaba bastante aunque bastaba con puntas frontales y piolet apoyo.

imagen14.jpg
Foto de Jose en el comienzo del corredor Estasen al Aneto

Tras unos cien metros de subida se llega a un punto en que se bifurca el corredor a izquierda y derecha para evitar una aguja rocosa que hay justo en medio. El corredor supongo que transcurre girando a la izquierda pero nosotros quisimos ir a la derecha para hacer las agujas de la Cresta de Llosás.

imagen15.jpg
Foto de Jose ya en pleno corredor Estasen al Aneto

Así llegamos a un collado de nieve que separa ambas vertientes, ya en la cresta de Llosás. A nuestra derecha, en dirección contraria al Aneto, se alzaba una aguja rocosa que decidimos escalar. Comprobamos nuevamente lo complicado que es trepar con crampones puestos pero hicimos cumbre sin problemas, la altitud era de unos 3.350m. Desde allí ya se divisaba la cumbre del Aneto y las tres agujas que quedaban hasta la cima.

imagen16.jpg
Foto desde la primera aguja en dirección al Aneto, al fondo se ve la cumbre del mismo

Fuimos entonces evolucionando por la arista, a veces por roca y a veces por cornisa de nieve coronando las agujas que iban apareciendo a nuestro paso. Hacía poco rato que había amanecido pero el Sol no acababa de calentar el ambiente, la temperatura seguía bastante baja.

imagen17.jpg
Foto de Jose alcanzando una de las agujas que presentaba una seta de nieve en la cumbre

imagen18.jpg
Foto mía en la punta de una aguja rocosa

Por fin a las 7:45 de la mañana llegamos a la, ese día, solitaria cumbre del Aneto. La ascensión había sido rápida, en algo menos de 2 horitas habíamos hecho el corredor y las agujas. Tras felicitarnos mútuamente y estar un buen rato contemplando y fotografiando las tremendas vistas probamos a llamar por teléfono pero la baja temperatura fundió instantáneamente la batería del móvil y no pudimos realizar esa llamada, incluso la cámara digital no quiso encenderse por el frío hasta que no le puse las pilas que llevaba guardadas junto al cuerpo para calentarlas. El viento soplaba y hacía incómodo el permanecer allí arriba así que sin mucha demora emprendimos el viaje de vuelta esta vez por el Collado de Coronas.

imagen19.jpg
Foto de ambos en la cumbre del Aneto, 3.404 metros

imagen20.jpg
Foto de Jose en la cumbre del Aneto, 3.404 metros

imagen21.jpg
Foto de vistas desde la cumbre del Aneto

imagen22.jpg
Foto del glaciar del Aneto

Nos dirigimos al Paso de Mahoma, cubierto de nieve y sin hacer colas de ningún tipo pasamos por él bajando al glaciar del Aneto. Ahí fuimos flanqueando en dirección al Collado de Coronas, la nieve estaba polvo pero al no ser todavía las ocho de la mañana tenía algo de consistencia debajo y no era muy incómoda la progresión. Sin complicaciones llegamos al Collado y destrepamos para pasar al Valle de Coronas. Desde allí hicimos la foto obligada del corredor Estasen que acabábamos de escalar.

imagen23.jpg
Foto del Corredor Estasen al Aneto, canal de la derecha de la foto

Comenzamos entonces el descenso parando antes a fotografiar la imponente aguja Tchihatcheff y la Argarot, ambas tresmiles de la Cresta de Llosás que subí el septiembre pasado. Con la emoción de la actividad realizada llegamos al campamento a las nueve de la mañana.

imagen24.jpg
Foto de las agujas Tchihatcheff y Argarot, las 2 de la derecha

imagen25.jpg
Foto de Jose bajando al campamento en los Ibones de Coronas

El resto de día estuvimos descansando, dormitando y, cómo no, comiendo para reponer fuerzas de cara a la actividad del día siguiente. Teníamos pensado escalar el Pico Maldito por el corredor Diagonal, escalada mucho más difícil que la precedente al Aneto que incluye un largo sobre roca o mixto y corredor con pasos de 50º de inclinación. Para ello madrugaríamos nuevamente a las 4 de la mañana, sin embargo el cielo comenzaba a cubrirse cada vez más y no auguraba nada bueno. Habíamos estado mirando las previsiones meteorológicas y llegaba un frente y una baja térmica para el jueves. Nos temimos lo peor, que el mal tiempo se hubiese adelantado al miércoles y, finalmente así fue.
imagen26.jpg
Foto hacia el Sur desde los Ibones de Coronas, el frente atlántico empezaba a entrar

Nos echamos a dormir a eso de las 8 de la tarde justo cuando los primeros copos empezaron a caer y dormimos con el acuerdo de hacer el día siguiente el sencillo tresmil Aragüells (3.030m) si el tiempo lo permitía y luego para abajo. Con esa esperanza tratamos de conciliar el sueño.

Miércoles 28 de abril de 2004

Nuestras peores previsiones se hicieron realidad. Nos costó pegar ojo durante toda la noche ya que oíamos nevar constantemente y observábamos con preocupación cómo la tienda iba quedando sepultada de nieve. A las 4 sonó el despertador pero optamos por esperar a que amaneciese para bajar como pudiéramos de allí con algo más de visibilidad.
A las 6 de la mañana empezamos a preparar los bártulos, desayunamos de nuevo algo caliente y nos dedicamos a plegar el saco y preparar las mochilas para salir listos de la tienda de campaña, recogerla y marchar a casa. Cuando tratamos de asomarnos afuera apartando la nieve para poder abrir la puerta vimos la tremenda nevada caída y que estaba cayendo. La visibilidad era muy reducida.

imagen27.jpg
Foto compuesta de la tienda sepultada por la nieve

Con las gafas de ventisca puestas desenterramos el material de escalada y deshicimos la tienda de campaña. Cargamos las mochilas y emprendimos el camino de regreso. Hundiéndonos hasta la cintura en medio de la nevada tratamos de localizar el camino de regreso pero con la escasa visibilidad era difícil, optamos por flanquear siempre a la izquierda para buscar las paredes de la cresta de Llosás y evitar los cortados de roca del centro del valle de Coronas que apenas se veían. Y es que con baja visibilidad y todo cubierto por la nieve es muy complicado adivinar las pendientes. Así poco a poco fuimos perdiendo altura hasta entrar en el bosque de pinos dónde la tensión se rebajó y pudimos hacer alguna foto.

imagen28.jpg
Foto del bosque del Valle de Coronas nevado

Al rato alcanzamos el refugio de Pescadores dónde paramos a beber algo de líquido y reponer fuerzas para continuar descendiendo hasta el coche. El paisaje era completamente invernal y diferente al que habíamos hallado al comienzo de nuestro viaje.

imagen29.jpg
Foto del refugio de Pescadores en medio de la nevada

Entre copos enormes y un buen pateo llegamos a dónde habíamos dejado el coche, sin quitarnos siquiera las botas de alpinismo nos montamos y emprendimos la bajada por la pista. El coche agarraba bien en la nieve pero aún hubimos de descender del coche para retirar rocas recien caídas que bloqueaban la pista de Ballibierna. Al rato ya estábamos en Benasque dónde llamamos por fin a casa para avisar que volvíamos ya mientras nos cambiábamos de ropa para el viaje de retorno.

imagen30.jpg
Foto del Pla de Senarta nevado


Dificultades y Horarios
  • Refugio de Pescadores (1.970m) - Ibones de Coronas (2.750m)
    • Desnivel: 780 metros
    • Tiempo: 3 horas 30 minutos
  • Ibones de Coronas (2.750m) - Inicio Corredor Estasen (3.100m)
    • Desnivel: 350 metros
    • Tiempo: 1 hora
  • Corredor Estasen (300 metros - Dificultad: PD) Desnivel: 300 metros
    • Tiempo: 1 hora
    • Material: Par de piolets y crampones exclusivamente.
    • Comentarios: Corredor sencillo y evidente para iniciarse. Como siempre hay que coger la nieve dura madrugando lo que sea necesario.

0 comentarios: