Vuelta a California

Es increíble cómo pasa el tiempo: Sin apenas darme cuenta estoy sentado en la misma estación Caltrain de Millbrae que hace un año, esperando de nuevo el tren que me lleve a lo desconocido, con el mismo agotamiento que provoca un viaje de más de 15 horas y confuso por las 9 horas de diferencia horaria con España.

Estación Caltrain de Millbrae.

Si antes vine a descubrir una universidad americana (Stanford), este año es el momento de conocer una gran empresa americana: Intel. Por tanto, los próximos 3 meses estaré nuevamente en el Silicon Valley, esta vez en Santa Clara, donde está la sede de Intel en la que voy a trabajar.
Salí ayer martes de Sant Feliu de Guixols, cogí el tren en Caldes de Malavella, dirección Barcelona. En Passeig de Gràcia tomé otro tren al aeropuerto del Prat. De allí un avión a Munich y luego otro directamente a San Francisco.

Aeropuerto de Munich.

Otra vez volví a fotografiar Groenlandia cuando la sobrevolamos. Es impresionante el mar de hielo que la rodea, las montañas costeras y los glaciares desembocando en el mar. En el interior todo es hielo y más hielo, de modo que al mirar hacia abajo uno puede confundirse y creer que son nubes.

Costa Este de Groenlandia.

Sobre las siete de la tarde (hora local) aterrizamos en el aeropuerto de San Francisco, completé los trámites fronterizos y recogí mi maleta que, esta vez sí, llegó sin novedad. De ahí cogí el CalTrain hasta la parada de Lawrence y luego, a caminar unos 3 kilómetros hasta el motel.
Hay pocos sitios más incómodos para el peatón que California, absolutamente todo está pensado para el coche, motivo que me hizo dar más vueltas de las necesarias para llegar a mi destino (del estilo de evitar autopistas, calles sin aceras, etc.) En cuanto pueda me compro una bicicleta.
El hecho de venir 5 días antes de empezar a trabajar era para poder buscar casa con antelación. Es bastante difícil concertar un alquiler desde España así que quise asegurarme de que tener tiempo suficiente para hacerlo una vez aquí. De todos modos, al final sí conseguí alquilar una casa desde España, lo que ocurre es que no puedo entrar hasta el domingo, por lo que he de permanecer en un motel.
La opción escogida fue "Motel6", es sencillo reservar online y bastante barato aunque suele ser algo tugurio y no apto para olfatos sensibles ni alérgicos a mascotas (las habitaciones suelen oler a animal mucho ya que son "pet-friendly"). Pero bueno, es el típico motel de las películas, con la típica chusma merodeando y los ruidos constantes.

Este es el motel en el que me alojo, segunda planta.


Detalle de la habitación del motel.

Una vez asignada la habitación, dejé los bártulos y me fui a cenar. Probé por primera vez un Jack in the Box, menú número 2. Por 6 pavos tenía una hamburguesa bastante decente, unas patatas fritas que la mitad estaban sin pelar y una botella de agua mineral (descartando la "bebida infinita" que se ofrece en el propio restaurante ya que iba a cenar en la habitación y además lo único que tienen allí son sodas o cosas raras; yo soy de agua y punto).

El Camino Real, una de las calles emblemáticas.

Ya por la mañana busqué un supermercado para comprar algo de desayunar, agua y cosillas para picar durante el día. Tras descartar sitios como el de la foto (joer, es como el de la peli de Clerks) llegué a un Walgreens donde compré lo que necesitaba. Ahora a trabajar un poquillo.

Tienda estilo Clerks.