Norte de la bahía

Habíamos hecho una reserva de un coche para podernos dirigir al norte de la bahía.
Gaspar se ha tomado el día libre, así que vamos a por el coche y lo primero de todo... a pasar por el Golden Gate en coche.
Este coche era diferente (para nosotros), tenía las marchas al lado del volante y el freno de mano era de pie, delante cabíamos tres personas, y era súper grande.
Grandes diferencias con el focus del anterior viaje.
Pasamos San Francisco centro, nos dirigimos al Golden Gate Bridge, hacemos miles de fotos desde el coche y paramos nada más cruzarlo, 'vista point'.
El puente Golden Gate, es el símbolo de la ciudad de San Francisco, fue diseñado por el ingeniero Joseph Strauss, terminado en 1937, y une la ciudad de SF con el condado de Marin, al norte de la bahía, donde nos dirigíamos. Fue construido teniendo en cuenta los terremotos y los vientos. Casi siempre está rodeado por la nieblina característica de esta zona en verano.
Nos hacemos las típicas fotos junto a cientos de turistas que flipan igual que nosotros con el puente.
Algo en contra; el tiempo, como siempre el océano nos trae un fresquito encantador que nos hace abrigarnos pero el sol que acompaña al día (y es mucho mejor que la niebla usual) no nos deja hacer buenas fotos... pero eso es lo que tiene hacer fotos turísticas, así que nos emocionamos y seguimos haciendo fotos aun con el sol en la peor posición.
Con el Golden
La siguiente parada era el bosque de sequoias Muir Woods National Monuments.
El clima templado, las lluvias invernales y la niebla estival (la que os comentaba hace un momento) permiten que estos árboles alcancen alturas de 110m y 2000 años de vida. Se caracterizan por el color canela y la ausencia de resina, común en otras coníferas, que los hace resistentes al fuego.
Nos adentramos después de pagar unos $3 por persona en un sendero de madera que bordea un arroyo y permite recorrer el parque para admirar estos monumentales y milenarios árboles. Hay diferentes rutas a seguir, nosotros elegimos una cortita, porque no era nuestro destino del día, pero bien nos hubiera gustado realizar una un poco más larga, salir de la zona tan turística y poder disfrutar de tanta belleza. Las fotos eran complicadas en este lugar, debido a que la frondosidad de los árboles no dejaban pasar mucha luz y el contraste entre zonas con luz y oscuras era bastante elvado.
Sequoias
Ya comidos, nos dirigimos hacia el valle de Napa donde Angela Channing tenía todo el poder en los años 80.
El Valle de Napa se extiende por unos 56km al norte, siguiendo la ruta 29. En su mayor parte, no tiene más de unas pocas millas de ancho con colinas volcánicas bajas a cada lado. Hay pequeños pueblos y villas, como Napa, Yountville, Rutherford y Calistoga, esparcidos por estas bellas tierras vinícolas. Algunos de estos viñedos son mansiones que parecen palacios, algunas al estilo Victoriano y otras al estilo de los castillos europeos.
Hacía un día soleado, la temperatura era superior en esta región, y el viento nos rodeaba caluroso. Nos dirigíamos a uno de los valles con mayor producción de vino de California. En el paisaje se podían ver las preciosas colinas onduladas, llenas de viñedos, las cuales eran completamente difíciles de fotografiar. También se podían ver los espantapájaros tan originales en estos viñedos, papel reflectante, en forma de espejitos que revoloteaban al viento entre los viñedos.
Por el escaso tiempo nos propusimos realizar el Tour de la ruta 29. Más de 250 bodegas se encuentran en este valle y algunas datan del siglo XIX. La guía nos indicaba que aparte del gran números de bodegas, el país del vino es conocido también por los prestigiosos chefs que nos hacen acompañar estos vinos con suculentas comidas.
En ambas orillas de la carretera de la ruta podíamos ver las majestuosas propiedades vinícolas. Hasta daba miedo parar para hacer la cata que tan gustosamente te invitaban (no gratis). Viñedos y mansiones, mansiones y viñedos.
Nosotros sólo paramos en una bodega, la cual ofrecía mesas al aire libre para hacer un pic-nic, pero sólo de lo que ellos te ofrecían para comprar. Entrabas dentro de la bodega, hacías catas, comprabas vino, comida (muchos quesos, la mayoría franceses y españoles) y te ibas fuera hacer tu pic-nic.
Había otros establecimientos donde probabas las cocinas de los grandes chefs.
Preferimos seguir el camino y disfrutar del paisaje a la vez que nos dirigíamos a Calistoga donde se encontraba el Bosque petrificado. La erupción de un volcán en las inmediaciones de hace 3 millones de años petrificó troncos de muchos redwoods de la zona.
Para entrar nos pedían $6 por persona. Cómo no!! En USA todo es privado, de forma que nos dirigimos al otro destino: El Old Faithful Geyser. Se trata de un géiser de agua caliente que alcanza los 18 metros. Para verlo también había que pagar, unos $8 por persona, así que pasamos de entrar. En las fotos parecía un tanto cutre y supuestamente cada 40 minutos mostraba actividad.
Tranquilamente nos dirigimos a San Francisco, pasamos el Golden Gate, esta vez para entrar teníamos que pagar ($5) y fuimos a ver la construcción neo-clásica del Palace of Fine Arts, construído en 1915, celebrando la reconstrucción de la ciudad después del terremoto de 1906.
Dónde estoy?
De ahí un paseo en coche por Presidio, que fue base militar durante más de 200 años. En la actualidad es un área de recreo, con bosques, prados y senderos, edificios militares, bellas vistas, varias playas y dos cementerios, uno militar y otro para animales de compañía.
Se nos hizo de noche y vuelta a casa por la 101. Este fin de semana toca descanso, jugar a fútbol y prepararnos para más.

2 comentarios:

  1. Anónimo dijo...

    Muy bien muy bien, a que olia?  

  2. Anónimo dijo...

    pero que rebonicos salis en la foto!!!