Subida al Bartolo con nieve

Estos días de invierno están siendo de lo más atípico y ha nevado a pocos kilómetros de Castellón. No podía dejar pasar la oportunidad de sacar la bicicleta de paseo en uno de los días más fríos del año y subir el Bartolo desde casa pasando por Borriol/Pobla Tornesa. He hecho un total de 42Km, con unos 1000 metros de desnivel acumulado (aproximadamente).

Lo peor de todo ha sido el viento infernal con rachas de 40Km/h y las placas de hielo en las partes altas del Bartolo.

Aquí tenéis el video autograbado (fui en solitario) y autoeditado (en Debian con Cinelerra):



Hace ya siglos que no publico nada, pero el gobierno nos ha sorprendido con un despropósito surrealista, allá va mi granito de arena.

Cito:

Ante la inclusión en el Anteproyecto de Ley de Economía Sostenible de modificaciones legislativas que afectan al libre ejercicio de las libertades de expresión, información y el derecho de acceso a la cultura a través de Internet, los periodistas, bloggers, usuarios, profesionales y creadores de internet manifestamos nuestra firme oposición al proyecto, y declaramos que…

  1. Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.
  2. La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial. Ni un cierre sin sentencia. Este anteproyecto, en contra de lo establecido en el artículo 20.5 de la Constitución, pone en manos de un órgano no judicial -un organismo dependiente del ministerio de Cultura-, la potestad de impedir a los ciudadanos españoles el acceso a cualquier página web.
  3. La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, perjudicando uno de los pocos campos de desarrollo y futuro de nuestra economía, entorpeciendo la creación de empresas, introduciendo trabas a la libre competencia y ralentizando su proyección internacional.
  4. La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con Internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen prevalentemente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.
  5. Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en Internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.
  6. Consideramos que las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas, eficaces, creíbles y asequibles y que se adecuen a los nuevos usos sociales, en lugar de limitaciones tan desproporcionadas como ineficaces para el fin que dicen perseguir.
  7. Internet debe funcionar de forma libre y sin interferencias políticas auspiciadas por sectores que pretenden perpetuar obsoletos modelos de negocio e imposibilitar que el saber humano siga siendo libre.
  8. Exigimos que el Gobierno garantice por ley la neutralidad de la Red en España, ante cualquier presión que pueda producirse, como marco para el desarrollo de una economía sostenible y realista de cara al futuro.
  9. Proponemos una verdadera reforma del derecho de propiedad intelectual orientada a su fin: devolver a la sociedad el conocimiento, promover el dominio público y limitar los abusos de las entidades gestoras.
  10. En democracia las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas. No es de recibo que se realicen cambios legislativos que afectan a derechos fundamentales en una ley no orgánica y que versa sobre otra materia.

Leyendo la nueva era

Primero el iPod barrió con la necesidad de transportar cassettes y CDs para escuchar música en cualquier lado. La era digital acabó con las estanterías llenas de cintas, vinilos o CDs. Lo mismo ha pasado con las películas; adiós al VHS, a los DVDs y demás, ahora va todo al disco duro multimedia de un 1TB. Ocurre lo mismo con los videojuegos -¿quién quiere acumular cartuchos pudiendo tener copias de seguridad de los mismos en una memoria MicroSD?-.

¡Ah, amigos! Pero aún quedaba un pequeño reducto de rebeldes que se negaban a ceder su espacio físico. Además con una tecnología que viene de muchos siglos atrás. El libro.

En cualquier casa que se precie encontramos cientos de volúmenes ocupando estanterías y estanterías. A mí, particularmente, siempre me ha sido imposible conciliar el sueño nocturno sin antes dedicar un mínimo de 20 minutos a la lectura, lo cual me complica cualquier planificación de un viaje ya que muy a menudo existen restricciones sobre el peso a transportar. ¿Quién no lee al menos 2 ó 3 libros simultáneamente?

Bien, ya vamos llegando al desenlace de esta historia. Ayer compré la tecnología definitiva: El libro electrónico basado en tinta digital. En concreto el modelo Cybook de Booken.

Es increíble poder tener una biblioteca de más de 300 libros en la palma de la mano, en un aparato más ligero que un libro y con una calidad de lectura más que aceptable. Para mí es la revolución. Las páginas se dibujan sobre fondo de color crema con gran nitidez, además carece de iluminación de pantalla. Esto de necesitar luz natural para leer hace que la sensación de lectura sea similar a la de un libro, además de que el dispositivo no gasta nada de energía una vez que se ha mostrado la página.

Confiemos que poco a poco vayan bajando el precio y mejoren la tecnología, aunque en mi opinión ya es el momento de empezar a plantearse entrar en la era de los lectores digitales.

Os dejo que tengo mucho que leer.

Escribo este post para compartir la receta de madalenas de mi abuela. Así, de paso, consigo no olvidarla y tenerla a mano para cuando haga falta.
La receta es muy sencilla y común. Aquí tenéis los ingredientes para unas 50 madalenas:
  • 4 huevos
  • 500 gramos de azúcar
  • 500 gramos de harina
  • 1 vaso de leche
  • 3/4 de vaso de aceite de oliva
  • 3 sobres dobles de gaseosa gasificante+acidulante (Marca Mercadona-Hacendado por ejemplo o Vesubio)
  • un limón para rallarle la corteza
  • "papelitos" de soporte de madalena
En un bol grande batir bien los huevos. Añadir el azúcar sin parar de remover. A continuación el vaso de leche junto con el aceite de oliva. Cuando esté todo bien mezclado añadimos la ralladura de limón. Por último mezclamos la harina con los 3 sobres dobles de gasificante y acidulante, y la echamos poco a poco a la mezcla mientras batimos sin parar, así evitamos que se hagan grumos (aún mejor si podemos tamizar la harina antes).

Ya tenemos la masa hecha. Ahora llenamos los "papelitos" de madalena hasta un pelín más de la mitad. Luego se espolvorea un poco de azúcar sobre cada futura madalena para que nos quede la típica costra dulce.
Entonces lo colocamos todo en una bandeja de hornear y lo metemos al horno que habrá de estar a unos 180ºC. Así lo tendremos al menos 25 minutos, tiempo en el que podemos ver por la ventana del horno cómo van creciendo ¡parecen aliens!. Es importante no abrir nunca la puerta del horno antes de los 25 minutos ya que podrían venirse abajo las madalenas (¡los aliens se mueren!).
A partir de los 25 minutos podemos abrir y pinchar una madalena con un palillo. Si sale seco es que están hechas por dentro.
Con las cantidades indicadas salen al menos dos bandejas de madalenas. Podéis probar a reducir todo a la mitad para tener sólo una bandeja, pero eso ya depende de cada uno y cada una.

Hay una anécdota que me impactó mucho hace algún tiempo. Estaba viendo un programa-documental en televisión sobre una ascensión de montaña, creo que se trataba de la subida al Kilimanjaro, en África. El narrador y protagonista de la ascensión, español él, iba ilustrándonos sobre los pormenores de la aventura. El formato era un poco reality-show, ya que estaba grabado casi en primera persona y se ponía énfasis en las conversaciones del protagonista con otras personas que encontraba a su paso.

En un momento dado se cruza con una persona de Japón y trata de entablar conversación en inglés con ella. Entonces, para hacerse el simpático o algo le suela la famosa frase que dice Arnold Schwarzenegger en Terminator II:

- "Sayonara beiby"

Ante la cara de perplejidad de su interlocutor, nuestro aguerrido español trata de explicarle lo de Terminator, Schwarzenegger, etc... lo que no hizo si no aumentar la confusión en el oriental. Resultó patético por un simple motivo que el presentador desconocía, en el resto del mundo lo que el Terminator dice es:

- "Hasta la vista, baby"

Sí, como lo lees, en español. Ése es el problema de doblar las películas al castellano, que las imprescindibles adaptaciones nos aislan culturalmente del resto del mundo.

Últimamente estoy volviendo a ver grandes películas del pasado en inglés y no dejo de sorprenderme. Otro ejemplo, Los Goonies. ¿Quién no recuerda la aparición de Rossanna con la madre de Mikey? Cuando el chico apodado Bocazas hace de intérprete de italiano con ella y en lugar de traducir lo que le indica la madre empieza a hablar de drogas y torturas sexuales, para escándalo de Rossanna. Pues bien, en la versión original no habla italiano si no español, y la tal Rossanna se llama en realidad Rosalita y es de origen hispano (indeterminado).

Un último ejemplo aún más desgarrador, Regreso al Futuro (o Back to the future). ¿Recuerdas cómo llama la madre de Marty McFly a Marty tras quitarle los pantalones cuando éste viaja al pasado? ¿No era algo como "Levi's" porque lo lee en su ropa? Otro engaño, en realidad le llama "Calvin Klein" porque eso es lo que aparece en sus calzoncillos. Pero claro, en la época en que se adaptó la película, en España nadie conocía la marca Calvin Klein así que la referencia quedó eliminada en favor de la marca de tejanos.

El tio muletas

Siempre he querido llevar muletas una temporada. De pequeño pude observar cómo aumentaba el carisma de mis afortunados compañeros cuando tenían la suerte de romperse un tobillo o una pierna. Llevar el brazo escayolado también otorgaba un rango, de la noche a la mañana el agraciado se convertía en símbolo de admiración entre la chiquillada, sin embargo nada estaba a la altura de ir con muletas.

Nunca se fracturaba un hueso el niño gordo o el marginado. Siempre era el más gamberro y respetado, de modo que adquirir el derecho a portar dos objetos contundentes constantemente no hacía si no aumentar su poder. El modelo típico de muletas de la época contribuía aún más al misticismo del portador ya que permitía reclinarse en una pared apoyando la pierna lesionada sobre la muleta. No hay estampa más imponente que ésa; es sin duda la pose olvidada de los grandes escultores, la figura que ensalza solemnemente al poderoso y al admirado. Por no olvidar lo que de todos es sabido, que las heridas de guerra causan estupor entre las féminas, de modo que la felicidad es absoluta.

Ahora me abren y sostienen las puertas al pasar; en el ascensor me esperan siempre y evitan que la puerta se cierre; tengo plaza reservada en el parking del trabajo justo al lado de la entrada; y así una lista interminable.

Agradecido estoy de poder probar, por fin, las mieles de la grandeza. Ya no puedo llegar más alto; desde la cumbre mando un saludo a los mortales.

Vuelta a California

Es increíble cómo pasa el tiempo: Sin apenas darme cuenta estoy sentado en la misma estación Caltrain de Millbrae que hace un año, esperando de nuevo el tren que me lleve a lo desconocido, con el mismo agotamiento que provoca un viaje de más de 15 horas y confuso por las 9 horas de diferencia horaria con España.

Estación Caltrain de Millbrae.

Si antes vine a descubrir una universidad americana (Stanford), este año es el momento de conocer una gran empresa americana: Intel. Por tanto, los próximos 3 meses estaré nuevamente en el Silicon Valley, esta vez en Santa Clara, donde está la sede de Intel en la que voy a trabajar.
Salí ayer martes de Sant Feliu de Guixols, cogí el tren en Caldes de Malavella, dirección Barcelona. En Passeig de Gràcia tomé otro tren al aeropuerto del Prat. De allí un avión a Munich y luego otro directamente a San Francisco.

Aeropuerto de Munich.

Otra vez volví a fotografiar Groenlandia cuando la sobrevolamos. Es impresionante el mar de hielo que la rodea, las montañas costeras y los glaciares desembocando en el mar. En el interior todo es hielo y más hielo, de modo que al mirar hacia abajo uno puede confundirse y creer que son nubes.

Costa Este de Groenlandia.

Sobre las siete de la tarde (hora local) aterrizamos en el aeropuerto de San Francisco, completé los trámites fronterizos y recogí mi maleta que, esta vez sí, llegó sin novedad. De ahí cogí el CalTrain hasta la parada de Lawrence y luego, a caminar unos 3 kilómetros hasta el motel.
Hay pocos sitios más incómodos para el peatón que California, absolutamente todo está pensado para el coche, motivo que me hizo dar más vueltas de las necesarias para llegar a mi destino (del estilo de evitar autopistas, calles sin aceras, etc.) En cuanto pueda me compro una bicicleta.
El hecho de venir 5 días antes de empezar a trabajar era para poder buscar casa con antelación. Es bastante difícil concertar un alquiler desde España así que quise asegurarme de que tener tiempo suficiente para hacerlo una vez aquí. De todos modos, al final sí conseguí alquilar una casa desde España, lo que ocurre es que no puedo entrar hasta el domingo, por lo que he de permanecer en un motel.
La opción escogida fue "Motel6", es sencillo reservar online y bastante barato aunque suele ser algo tugurio y no apto para olfatos sensibles ni alérgicos a mascotas (las habitaciones suelen oler a animal mucho ya que son "pet-friendly"). Pero bueno, es el típico motel de las películas, con la típica chusma merodeando y los ruidos constantes.

Este es el motel en el que me alojo, segunda planta.


Detalle de la habitación del motel.

Una vez asignada la habitación, dejé los bártulos y me fui a cenar. Probé por primera vez un Jack in the Box, menú número 2. Por 6 pavos tenía una hamburguesa bastante decente, unas patatas fritas que la mitad estaban sin pelar y una botella de agua mineral (descartando la "bebida infinita" que se ofrece en el propio restaurante ya que iba a cenar en la habitación y además lo único que tienen allí son sodas o cosas raras; yo soy de agua y punto).

El Camino Real, una de las calles emblemáticas.

Ya por la mañana busqué un supermercado para comprar algo de desayunar, agua y cosillas para picar durante el día. Tras descartar sitios como el de la foto (joer, es como el de la peli de Clerks) llegué a un Walgreens donde compré lo que necesitaba. Ahora a trabajar un poquillo.

Tienda estilo Clerks.